Estaba aturdida, intento zafarse del cinturón de seguridad, pero solo consiguió liarse con él aun más, lo que la puso más nerviosa, su cuerpo se hundía en el océano, finalmente atinó y se deshizo de la sujección, se impulso contra el suelo de la aeronave y pataleó bajo el agua buscando la superficie.
Pero sus ropas le pesaban demasiado, las zapatillas eran de plomo bajo el agua, y aunque observaba cierta claridad sobre su cabeza, sentía que no iba a llegar nunca, intentó entonces deshacerse de todo lo que suponía un lastre, la camiseta mojada, las zapatillas, pero el aire se le acababa, pateó con todas sus fuerzas por última vez el agua salada del mediterráneo, con todavía una de las zapatillas puestas y sintió como se le nublaba la vista.
Sentía tanto no poder llevarle ningún regalo a su hermano...
Fin.
elige tu propia aventura
jueves, 22 de diciembre de 2011
Capítulo tres.
Nerea se fijó que no había cola en aquel momento para facturar su equipaje y prefirió hacerlo lo primero antes de perder luego el tiempo haciendo cola, además sus compañeros ya habían facturado sus equipajes y al final por su culpa acabarían embarcando tarde, se dirigió con paso rápido al mostrador y colocó la maleta antes incluso que la azafata se lo comentara, en apenas un par de minutos había terminado los trámites y se había presentado a sus nuevos compañeros de viaje.
-Hola buenos días, me llamo Nerea, ¿sois mis compañeros de expedición?
-Si tu expedición viaja a Egipto... respondió uno de ellos que a pesar de aparentar juventud estaba completamente calvo.
No era el tipo de actitud a la que espera enfrentarse el primer día, pero uno de sus compañeros enseguida corrigió la situación.
-Buenos y esperanzadores días, Nerea, somos Marcos (el más alto), Juan (el calvo), y Ataulfo (el pálido), y hoy empezamos el viaje más esperado de nuestras vidas, contestó con una sonrisa de oreja a oreja en la cara.
-Bueno, contestó ella, si para mi es emocionante y yo todavía no he empezado la universidad, para vosotros que ya sois licenciados tiene que ser la bomba...
Marcos y Juan no dijeron nada, aunque mirándose entre ellos dejaron entrever que la tenían más por niña de papa que por estudiosa académica, un pequeño y a la vez distanciador silencio se apoderó de los cuatro jóvenes y fue nuevamente Ataulfo que se atrevió ha hablar.
-¿Que os parece si nos acercamos a la puerta de embarque para no tener que hacer cola para subir al avión?
Debe Nerea de acudir directamente a la puerta de embarque del avión, o crees que debería pasar el rato visitando las tiendas del aeropuerto.
Si crees que Nerea debe de acudir directamente a la puerta de embarque pasa al capítulo diez.
Si crees que Nerea debería relajarse paseando por las tiendas pasa al capítulo siete.
-Hola buenos días, me llamo Nerea, ¿sois mis compañeros de expedición?
-Si tu expedición viaja a Egipto... respondió uno de ellos que a pesar de aparentar juventud estaba completamente calvo.
No era el tipo de actitud a la que espera enfrentarse el primer día, pero uno de sus compañeros enseguida corrigió la situación.
-Buenos y esperanzadores días, Nerea, somos Marcos (el más alto), Juan (el calvo), y Ataulfo (el pálido), y hoy empezamos el viaje más esperado de nuestras vidas, contestó con una sonrisa de oreja a oreja en la cara.
-Bueno, contestó ella, si para mi es emocionante y yo todavía no he empezado la universidad, para vosotros que ya sois licenciados tiene que ser la bomba...
Marcos y Juan no dijeron nada, aunque mirándose entre ellos dejaron entrever que la tenían más por niña de papa que por estudiosa académica, un pequeño y a la vez distanciador silencio se apoderó de los cuatro jóvenes y fue nuevamente Ataulfo que se atrevió ha hablar.
-¿Que os parece si nos acercamos a la puerta de embarque para no tener que hacer cola para subir al avión?
Debe Nerea de acudir directamente a la puerta de embarque del avión, o crees que debería pasar el rato visitando las tiendas del aeropuerto.
Si crees que Nerea debe de acudir directamente a la puerta de embarque pasa al capítulo diez.
Si crees que Nerea debería relajarse paseando por las tiendas pasa al capítulo siete.
Capítulo dos.
Nerea cabeceó ligeramente hacia la derecha y se encaminó hacia los tres chicos jóvenes que hacían piña junto a un mostrador sin uso. Lo mejor era conocerse cuanto antes y hacer amigos, pues iban a pasar un mes en Egipto todos juntos, y en esos casos siempre es mejor llevarse bien que mal.
-Hola, dijo cuando se situó a menos de un metro de ellos. Soy Nerea, ¿Pertenecéis vosotros también a la expedición 54 del Valle de los reyes, en Egipto?, preguntó. Ellos apenas sacudieron las cabezas en triste señal de bienvenida, aquello no empezaba bien. Dos de ellos estaban centrados en leer mensajes en sus teléfonos, mientras que el tercero en discordia refugiaba su mirada tras un grueso libro. Pero fue finalmente este último que alzando la vista y viendo la incómoda situación creada, cerró el libro que le entretenía en aquellos momentos e incorporándose se dirigió con paso firme hacia ella.
-Buenos días Nerea, Soy Ataulfo y mis dos amigos son Marcos y Juan. Tu debes de ser la alumna de bachillerato premiada, ¿Verdad?.
Aquello no sonó como un piropo aunque tampoco denotó ninguna mala intención, era de suponer que aquel puesto era muy codiciado y mientras ellos eran tres estudiantes de doctorado con las mejores notas de todo el país, ella era una bachiller novata de buenas notas y mucha suerte, seguro que tenían la impresión de que se había saltado 5 años de licenciatura para conseguir el mismo premio que ellos. Trabajar en una excavación arqueológica en el valle de los reyes en Egipto.
-Si, aunque dicho así suena a niña afortunada...
-Bueno en parte es así... El que había hablado era Marcos el más alto de los cuatro y no se divisaba ningún tono condescendiente en su voz, más bien era acusador, pero Nerea no iba a dejarse amedrentar, Ella empezaría la universidad en septiembre y estaba bien segura de que mejoraría las notas de sus tres compañeros en cuanto empezaran las clases.
-Tu lo que tienes es envidia, Marcos.
-¿Que?
-Lo que oyes, ella a conseguido lo que tu siempre has soñado con cinco años de adelanto, comento Juan que era el que le había dado réplica, impidiendo que Nerea contestara la acusación de Marcos.
-Lo que ha tenido es mucha suerte, refunfuño Marcos.
-Y unas notas buenísimas, dijo Ataulfo.
-Y el mejor de los trabajos presentados, añadió Juan.
Marcos iba a contestar, pero Ataulfo se le adelanto conminando al grupo a dirigirse hacía alguna de las cafeterías que poblaban la zona de transito antes de subir al avión, prefería según aseguró al grupo, viajar con el estómago lleno.
Pero a Nerea le apetecía más pasear por las tiendas de la terminal ya que ella si que había desayunado en casa, aunque no quería tampoco abandonar el grupo antes de haber conseguido integrarse, y también por supuesto en algún momento debía facturar su equipaje.
Debe Nerea pasear por las tiendas de la terminal, o debe ir a la cafetería con sus tres nuevos amigos.
Si crees que nerea debe ir a la cafetería con el resto de la expedición pasa al capítulo cinco.
Si crees que Nerea debe de ir rápidamente a facturar su equipaje pasa al capítulo ocho.
Si crees que Nerea debe acercarse a las tiendas de la terminal pasa al capítulo diecisiete.
-Hola, dijo cuando se situó a menos de un metro de ellos. Soy Nerea, ¿Pertenecéis vosotros también a la expedición 54 del Valle de los reyes, en Egipto?, preguntó. Ellos apenas sacudieron las cabezas en triste señal de bienvenida, aquello no empezaba bien. Dos de ellos estaban centrados en leer mensajes en sus teléfonos, mientras que el tercero en discordia refugiaba su mirada tras un grueso libro. Pero fue finalmente este último que alzando la vista y viendo la incómoda situación creada, cerró el libro que le entretenía en aquellos momentos e incorporándose se dirigió con paso firme hacia ella.
-Buenos días Nerea, Soy Ataulfo y mis dos amigos son Marcos y Juan. Tu debes de ser la alumna de bachillerato premiada, ¿Verdad?.
Aquello no sonó como un piropo aunque tampoco denotó ninguna mala intención, era de suponer que aquel puesto era muy codiciado y mientras ellos eran tres estudiantes de doctorado con las mejores notas de todo el país, ella era una bachiller novata de buenas notas y mucha suerte, seguro que tenían la impresión de que se había saltado 5 años de licenciatura para conseguir el mismo premio que ellos. Trabajar en una excavación arqueológica en el valle de los reyes en Egipto.
-Si, aunque dicho así suena a niña afortunada...
-Bueno en parte es así... El que había hablado era Marcos el más alto de los cuatro y no se divisaba ningún tono condescendiente en su voz, más bien era acusador, pero Nerea no iba a dejarse amedrentar, Ella empezaría la universidad en septiembre y estaba bien segura de que mejoraría las notas de sus tres compañeros en cuanto empezaran las clases.
-Tu lo que tienes es envidia, Marcos.
-¿Que?
-Lo que oyes, ella a conseguido lo que tu siempre has soñado con cinco años de adelanto, comento Juan que era el que le había dado réplica, impidiendo que Nerea contestara la acusación de Marcos.
-Lo que ha tenido es mucha suerte, refunfuño Marcos.
-Y unas notas buenísimas, dijo Ataulfo.
-Y el mejor de los trabajos presentados, añadió Juan.
Marcos iba a contestar, pero Ataulfo se le adelanto conminando al grupo a dirigirse hacía alguna de las cafeterías que poblaban la zona de transito antes de subir al avión, prefería según aseguró al grupo, viajar con el estómago lleno.
Pero a Nerea le apetecía más pasear por las tiendas de la terminal ya que ella si que había desayunado en casa, aunque no quería tampoco abandonar el grupo antes de haber conseguido integrarse, y también por supuesto en algún momento debía facturar su equipaje.
Debe Nerea pasear por las tiendas de la terminal, o debe ir a la cafetería con sus tres nuevos amigos.
Si crees que nerea debe ir a la cafetería con el resto de la expedición pasa al capítulo cinco.
Si crees que Nerea debe de ir rápidamente a facturar su equipaje pasa al capítulo ocho.
Si crees que Nerea debe acercarse a las tiendas de la terminal pasa al capítulo diecisiete.
Capítulo uno.
-No por favor, tu también no...
Su padre tampoco pudo reprimir que algunas lágrimas se escaparan de sus ojos y recorrieran sus mejillas, y ella se sintió del todo desprotegida, su madre llevaba dos horas llorando por la marcha de su hija, y ella había pasado el mismo periodo de tiempo, entre consuelos, abrazos y desaires, un ratito esto, otro ratito lo otro, sin saber muy bien como actuar, pero con una determinación clara, el viaje a Egipto lo iba a realizar.
Las lágrimas de su padre por contra la habían dejado aturdida, sin reacción, papa siempre la había apoyado, había conseguido doblegar la voluntad de su madre para darle la autorización de realizar aquel viaje y sinceramente, aquellas lágrimas de ultima hora no se las esperaba.
-No te preocupes por mi,- le dijo su padre retirando las lágrimas de su rostro con el dorso de la mano izquierda, -son de alegría.
Escucharle intentando tranquilizarla logró calmarla, pues la situación la había dejado hecha un manojo de nervios, Nerea se giró hacia su madre y sin permitirle más que unos breves balbuceos la abrazó y susurrándole al oído le dijo...
-Estaré bien mama, confía en mi.
Pero su madre, resignada solo pudo aceptar sus palabras con un ligero y triste asentimiento de cabeza, por último se acercó a su hermano pequeño, Iker de solo once años y que era el que mejor se había comportado en el aeropuerto.
-Tráeme muchos regalos, se le adelantó el muchacho con una sonrisa maliciosa.
- Y tu prométeme que no entrarás en mi cuarto, le contesto ella mientras le daba un abrazo, y cuida de los papas, que el próximo mes se sentirán un poquito solos.
- Tranquila, yo los cuidaré, dijo alejándose de ella y al mismo tiempo interponiendo las maletas y el cuerpo de su padre entre ellos, pero lo de tu cuarto va ha ser más difícil de prometer, dijo riendo.
-¡Eh! Como me entere... y dejo la frase a medias, pues la megafonía anunciaba la salida de su vuelo por primera vez.
Se despidió por última vez de sus padres, primero con un abrazo y después con la mano, y no les permitió que la siguieran acompañando por la terminal, pues no quería parecer una niña pequeña, se dirigió hacia la puerta de embarque y observó que a su derecha se encontraban sus tres compañeros de viaje.
Debe Nerea unirse a su grupo de viaje y presentarse o crees que debería acudir primero a embarcar su equipaje.
Si crees que Nerea debe ir a presentarse a su grupo de viaje pasa al segundo capítulo.
Si crees que Nerea debe acudir a embarcar sus maletas primero pasa al tercer capítulo.
Su padre tampoco pudo reprimir que algunas lágrimas se escaparan de sus ojos y recorrieran sus mejillas, y ella se sintió del todo desprotegida, su madre llevaba dos horas llorando por la marcha de su hija, y ella había pasado el mismo periodo de tiempo, entre consuelos, abrazos y desaires, un ratito esto, otro ratito lo otro, sin saber muy bien como actuar, pero con una determinación clara, el viaje a Egipto lo iba a realizar.
Las lágrimas de su padre por contra la habían dejado aturdida, sin reacción, papa siempre la había apoyado, había conseguido doblegar la voluntad de su madre para darle la autorización de realizar aquel viaje y sinceramente, aquellas lágrimas de ultima hora no se las esperaba.
-No te preocupes por mi,- le dijo su padre retirando las lágrimas de su rostro con el dorso de la mano izquierda, -son de alegría.
Escucharle intentando tranquilizarla logró calmarla, pues la situación la había dejado hecha un manojo de nervios, Nerea se giró hacia su madre y sin permitirle más que unos breves balbuceos la abrazó y susurrándole al oído le dijo...
-Estaré bien mama, confía en mi.
Pero su madre, resignada solo pudo aceptar sus palabras con un ligero y triste asentimiento de cabeza, por último se acercó a su hermano pequeño, Iker de solo once años y que era el que mejor se había comportado en el aeropuerto.
-Tráeme muchos regalos, se le adelantó el muchacho con una sonrisa maliciosa.
- Y tu prométeme que no entrarás en mi cuarto, le contesto ella mientras le daba un abrazo, y cuida de los papas, que el próximo mes se sentirán un poquito solos.
- Tranquila, yo los cuidaré, dijo alejándose de ella y al mismo tiempo interponiendo las maletas y el cuerpo de su padre entre ellos, pero lo de tu cuarto va ha ser más difícil de prometer, dijo riendo.
-¡Eh! Como me entere... y dejo la frase a medias, pues la megafonía anunciaba la salida de su vuelo por primera vez.
Se despidió por última vez de sus padres, primero con un abrazo y después con la mano, y no les permitió que la siguieran acompañando por la terminal, pues no quería parecer una niña pequeña, se dirigió hacia la puerta de embarque y observó que a su derecha se encontraban sus tres compañeros de viaje.
Debe Nerea unirse a su grupo de viaje y presentarse o crees que debería acudir primero a embarcar su equipaje.
Si crees que Nerea debe ir a presentarse a su grupo de viaje pasa al segundo capítulo.
Si crees que Nerea debe acudir a embarcar sus maletas primero pasa al tercer capítulo.
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