jueves, 22 de diciembre de 2011

Capítulo tres.

Nerea se fijó que no había cola en aquel momento para facturar su equipaje y prefirió hacerlo lo primero antes de perder luego el tiempo haciendo cola, además sus compañeros ya habían facturado sus equipajes y al final por su culpa acabarían embarcando tarde, se dirigió con paso rápido al mostrador y colocó la maleta antes incluso que la azafata se lo comentara, en apenas un par de minutos había terminado los trámites y se había presentado a sus nuevos compañeros de viaje.


-Hola buenos días, me llamo Nerea,  ¿sois mis compañeros de expedición?


-Si tu expedición viaja a Egipto... respondió uno de ellos que a pesar de aparentar juventud estaba completamente calvo.
No era el tipo de actitud a la que espera enfrentarse el primer día, pero uno de sus compañeros enseguida corrigió la situación.


-Buenos y esperanzadores días, Nerea, somos Marcos (el más alto), Juan (el calvo), y Ataulfo (el pálido), y hoy empezamos el viaje más esperado de nuestras vidas, contestó con una sonrisa de oreja a oreja en la cara.


-Bueno, contestó ella, si para mi es emocionante y yo todavía no he empezado la universidad, para vosotros que ya sois licenciados tiene que ser la bomba...
Marcos y Juan no dijeron nada, aunque mirándose entre ellos dejaron entrever que la tenían más por niña de papa que por estudiosa académica, un pequeño y a la vez distanciador silencio se apoderó de los cuatro jóvenes y fue nuevamente Ataulfo que se atrevió ha hablar.


-¿Que os parece si nos acercamos a la puerta de embarque para no tener que hacer cola para subir al avión?


Debe Nerea de acudir directamente a la puerta de embarque del avión, o crees que debería pasar el rato visitando las tiendas del aeropuerto.


Si crees que Nerea debe de acudir directamente a la puerta de embarque pasa al capítulo diez.
Si crees que Nerea debería relajarse paseando por las tiendas pasa al capítulo siete.

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